domingo, 30 de junio de 2013

Camino Ignaciano. Santa Cruz de Campezo












Camino Ignaciano


A iniciativa e impulso de la Compañía de Jesús, un pequeño grupo de laicos y jesuitas nos hemos lanzado a recrear el camino que el caballero Ignacio de Loyola recorrió en 1522 desde Loyola hasta la ciudad de Manresa.
Nuestro objetivo es ofrecer una experiencia de peregrinación a los hombres y mujeres del siglo XXI, siguiendo el proceso espiritual de aquel hombre extraordinario.

Los peregrinos son buscadores de tesoros. Lo mismo que los que van tras el oro. Se ponen en marcha empujados por la sed de encontrar. No les basta con llegar al final del recorrido. Lo que buscan no es algo material sino  el perdón o la reconciliación, una nueva orientación o rumbo de su vida, confirmar alguna decisión tomada, poner tierra de por medio respecto a alguien o algo, descubrir o trabajar la propia identidad, fijarse metas personales… El peregrino, hombre o mujer, se siente insatisfecho e intuye que, de alguna forma, va a encontrar una solución a su descontento… poniéndose en camino. El peregrino de hoy suele huir del “espejismo consumista”, entendido como una búsqueda permanente del placer, del disfrute, de la acumulación sin apenas reflexión, sin caer en la cuenta de sus consecuencias.




Entramos en Santa Cruz de Campezo por la calle Arrabal que nos lleva a la Plaza Mayor, cerca de la iglesia de la Asunción y de la calle Yoar. Por allí debemos preguntar por la Senda de la Torca, un camino de tierra que tomaremos hacia Genevilla. Un poste indicador GR y las típicas señales rojas y blancas nos indican la dirección a tomar. A unos doscientos metros de Santa Cruz abandonamos este camino ancho, y entramos en otro menos claro que empieza a nuestra derecha. Seguimos las señales GR sin pérdida, pasando por el bosque. A unos cuatro kilómetros y medio y hacia la derecha, nos incorporamos a la carretera NA-743 que nos llevará hasta Genevilla.















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